¡Hola!
Recuerdo que hace justo un año que empezó todo: la pandemia. No pensábamos que duraría tanto, que se llevaría tantas vidas y tantos momentos, y fuera a permanecer durante tanto tiempo.
Recuerdo que al principio estuvimos confinados, fue extraño, pero no tengo un mal recuerdo.
Aprendimos a establecer rutinas, horarios y que todo fuera más fácil.
También deciros que para que todo funcione, entre todos hay que hacerlo todo.
Convertimos nuestra casa en una escuela.
Descubrí a Francesco Tonucci, conocía sus dibujos pero no sabía que era un pensador, psicopedagogo y dibujante italiano.
Me empapé de muchas ideas.
Crítico con el sistema educativo actual, es un gran defensor de la necesidad de jugar más.
Si un niño no juega no crece, no se desarrolla, no aprende.
La principal actividad con la que creamos los cimientos sobre los que luego construiremos nuestra vida es el juego.
La escuela debería estar sumamente interesada en que los niños y niñas jueguen y hay que comprometer también a las familias.
A menudo se crean para los niños y niñas agendas más apretadas que las de los mayores.
La Convención de los Derechos de los Niños y de las Niñas habla del derecho a la escuela y al juego.
Si la escuela ocupa la mitad del día, la otra mitad no debería ser suya, sino de los niños y niñas.
Buenos momentos
Disfrutaremos juntos
Buenos amigos
#haiku
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