Va de fábulas

Hola,

Hace unos días os explicaba que mi padre nos contaba cuentos para ir dormir verdad?
Pero bueno, no sólo era mi padre quien contaba cuentos, mi madre también lo hacía. Cada uno tenía su estilo y su forma, y los dos tenían algo especial.
Recuerdo que los cuentos que contaba mi madre no solían ser inventados, solían ser libros que nos compraba y después no leía, haciendo así una gran biblioteca. Era bonito aprender leyendo y descubrir leía nuevas palabras e imaginar, crear historias y disfrutar de esos momentos.

Había algunos cuentos muy graciososy divertidos. Para hoy he escogido un cuento que nos hace pensar, tiene su moraleja final.

¡Ahí va la fábula!


El asno cargado de sal y el asno cargado de esponjas


Érase una vez un arriero
que conducía dos asnos.
Uno de ellos llevaba una carga muy pesada,
tan pesada que casi no podía andar:
Transportaba sacos de sal.
El otro asno,
en cambio,
caminaba ligero com un gamo
porque llevaba a lomos una carga
que apenas si pesaba:
iba cargado de esponjas.

Pero el amo obligaba a los dos asnos
a marchar al mismo paso.
El asno de las esponjas
caminaba bastante deprisa
y el asno de la sal no podía seguirlo.
Y, claro, como se retrasaba,
el amo le arreaba fuertes zurriagazos.
Pero a pesar de sus esfuerzos
apenas si conseguía avanzar bajo tanto peso.

- ¡Venga, camina! -le decía con mala intención
el asno cargado de esponjas- :
¡Camina o el amo te dará una paliza
que te dejará baldado!
- ¡Que más quisiara yo que poder llevar tu paso!
-contestaba el pobre asno de la sal-.
¡Ay, las piernas me flaquean
y no sé ni dónde pongo los pies!

Así, entre las burlas de su compañero
y los latigazo del amo,
el asno cargado de sal recorría penosamente
el camino que el arriero señalaba.

"Cuando voy cuesta abajo, menos mal
-pensaba el pobre asno-,
pero cuando veo una subida
ya siento el escozor de los golpes
en mis pobres ancas."

Y así era justamente:
como le costaba subir,
el amo hacía restallar el látigo,
flis-flas, flis-flas,
y le ponía el culo como una breva.

El asno de las esponjas
se reía diciendo:
- ¡Hoy dormirás caliente!

Y anda que te andarás,
cuesta arriba y cuesta abajo,
llegaron al río.
Como tenían que atravesarlo
y no había puente,
asnos y amo no tendrían más remedio
que mojarse los pies.

Pero el amo, viendo que el asno de las esponjas
estaba descansando,
encontró la forma
de no tener que meterse dentro del agua.

Montó sobre sus lomos
y desde allí tiraba de las riendas del otro burro,
río adentro, hacia la otra orilla.
Como estaba tan cansado el asno de la sal tropezó
en medio del río y ...
¡cataplás!,
él y la carga cayeron dentro del agua
dando tres o cuatro volteretas.

Al levantarse, el asno de la sal
se dió cuenta, con gran sorpresa,
de que iba ligero
como si hubiese perdido la carga.
Y, en efecto, así era,
porque la sal se había disuelto en el agua
y ahora los sacos estaban vacíos.


Al verlo el asno de las esponjas,
aunque su carga era ligera,
quiso hacerse el listo y,
pensando que aún quedaría más libre de peso
que su compañero,
hizo como si tropezara
y se revolcó en el agua del río.
Él, la carga y el amo quedaron empapados.

Pero resulta que las esponjas
no se deshacen como la sal al mojarse,
sino que se hinchan, se llenan de agua
y se hacen más y más pesadas.

Y hete aquí que,
cuando el asno de las esponjas quiso levantarse,
su carga ya no era nada ligera:
se había vuelto tan y tan pesada
que no pudo salir del río.

Y como no podía incorporarse,
el agua lo fue arrastrando y revolcando
río abajo, hacia la cascada,
y si no llegan a pescarlo
unos labradores que trabajaban en la orilla,
seguro que habría dejado allí el pellejo.

Pero, aunque le salvaron la vida,
nadie le libró de llevar
hasta el final del viaje
aquella carga tan pesada
que casi no le dejaba andar.

Y el amo,
rabioso por el remojón,
le dejó el culo como un tomate
de tantos zurriagazos.
Y fue él y no el compañero
el que aquella noche durmió
más caliente que una brasa.
[Fábula de La Fontaine
adaptación de Francesc Boada
versión castellana de Angelina Gatell
ilustraciones de Francesc Rovira]

Así es como está el burrito de las esponjas antes y después.
Esperemos haya escarmentado y la próxima vez sea más considerado con su compañero.

7 comentarios :

  1. :O Que cuento tan entretenido. No hace falta ser peque para disfrutar con estas cosas, XD.
    Pobres burritos, el amo debía de ser + considerado e ir alternando la carga pesada de sal cada día en uno... Aunque claro, así no habría fábula :)

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  2. Si la verdad es que el mes dolent era el Amo :O pero el burret de les esponges se va pasar de llest :P aixo pasa moltes vegades cuan un vol pasarse de llest acaba amb el cul roig :P

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  3. Si pareix q sigue dolent el amo, però bé el burret de les esponges tampoc es porta molt bé amb el de la sal no?
    Gràcies per escriure, això vol dir llegiu el blog no? :P Moltes gràcies de veritat.

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  4. sip, el burret de les esponges no es molt solidari :O per cert com va el burret de catalunya ja se esta recuperant la especie?

    Esta molt be llegir el teu blog :) hi han coses curioses :* tqm

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  5. Doncs el teu també està guay, però no vas escriure moltes coses, podries fer-ho no?
    Gràcies x tot hony :* TVM

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  6. Jajajajaja increíble como esta nos enseña a no ser malo con los demás el burro de las esponjas se burló del de la sal y terminó durmiendo caliente por mal intencionado así muchos se burlan de los demás y terminan en mala situación

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  7. @dorian moya,
    Hola Dorian, gracias por el comentario. Si la verdad que la historia nos hace pensar,y darnos cuenta que hay que respetar y no burlarse de nuestros compañeros.
    Un saludo y gracias por pasarte!

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